De las festividades que componen estas fechas, por las que pasamos todos los años, sólo la Nochebuena y la Navidad tienen un carácter marcadamente espiritual. La Nochevieja y el Año Nuevo, están, básicamente, emparentadas con celebraciones más mundanas, con las tradiciones de carnaval. Sin embargo, la Navidad celebra (no lo olvidemos) la llegada a este mundo del Mesías, con su promesa de redención para la toda la humanidad, sin excepciones.
La Navidad significa la posibilidad de un nuevo comienzo. La capacidad de elevarse sobre todas las circunstancias y construir algo nuevo, desde la nada. Simboliza el poder de las fuerzas lumínicas sobre la materia.
Y nos recuerda a cada uno de nosotros, que también poseemos esa capacidad de principiar. Gracias a estas fuerzas, tenemos la posibilidad de hacerlo en cualquier momento, sólo con recordarlo y desearlo.
¡Principiemos pues!
¡Que la Navidad viva eternamente en nuestros corazones!
¿Te ha resultado útil este artículo? El Blog de Tu Espacio para Sanar acepta donaciones, cualquier aporte es bienvenido. ¡Muchas gracias!